Escribir un libro, coordinar la elaboración de una obra colectiva o, simplemente, participar en una obra de estas características como autor de un capítulo, supone un esfuerzo titánico, especialmente, como es mi caso, para las personas ajenas al mundo académico.

Los réditos económicos de este esfuerzo son mínimos o nulos, pero, como
tantas veces he recordado a personas cercanas que sufren las inevitables
ausencias asociadas a estas exigentes tareas, el premio no es económico
sino de otra naturaleza.

Pocos momentos hay más emotivos que el de recepción de una obra en cuya elaboración, de un modo u otro, se ha participado, o el de encuentro con una obra propia, en todo o en parte, en una librería o en una biblioteca. Pero más satisfactorio aún es el de la pública presentación de la obra al mundo, generalmente rodeado de conocidos y de amigos, eventualmente del editor, y, a veces, de algunas caras nuevas.

La crisis del coronavirus COVID-19, además de destruir la vida de muchos y de transformar la de todos, ha frustrado la presentación de tres de mis libros. Parece que media un abismo entre las fechas respectivas de lanzamiento y las proyectadas para las diversas presentaciones. Lo que es indudable es que esas presentaciones ya no tendrán lugar, pues no han sido pospuestas sino canceladas, por razones que tampoco alcanzo a saber explicar con claridad; acaso, por pertenecer a una época ya pretérita y, en sentido riguroso, superada.

Estas tres obras son “Comentarios a la Ley Reguladora de los Contratos de Crédito Inmobiliario” (julio de 2019, Wolters Kluwer), “Banca digital y `Fintech´” (diciembre de 2019, AFerré Editor) y “Estudios sobre Resolución Bancaria” (febrero de 2020, Thomson Reuters Aranzadi).  La primera, es una obra elaborada bajo mi coordinación, la segunda, un libro de mi íntegra autoría, y, la tercera, una obra codirigida junto con el Profesor Ruiz Ojeda. Tanto en la primera como en la tercera se pueden encontrar trabajos de mi autoría, en solitario, respecto del crédito hipotecario, y junto con el Profesor Domínguez, en cuanto a la resolución bancaria (UEM y Unión Bancaria).

De la obra editada por Wolters Kluwer me queda, al menos, la satisfacción de que fue presentada en CECA a finales de 2019, con las palabras iniciales de Antonio Romero y la intervención de algunos de los autores de la obra. La presentación en Málaga estaba programada para los primeros días de marzo de 2020, en el Centro Unicaja de Educación Financiera. La presentación de la obra sobre banca digital y “Fintech” se iba a desarrollar, también en marzo, en la Fábrica del Videojuego, de Kaiju, sin que ni siquiera fuera posible fijar una fecha. La presentación de “Estudios sobre Resolución Bancaria” no se llegó a plantear, dada la fecha de su lanzamiento.

Valgan estas palabras no como sustitutivo pero sí como recuerdo de esas presentaciones que nunca tuvieron lugar, de esas palabras no pronunciadas, de ese encuentro no materializado con los coautores y con los editores, con nuestros familiares y amigos.

Al menos, el conocimiento, siempre colectivo, contenido en el papel sí ha sido compartido, y ni el confinamiento ni la distancia social podrán detener la fuerza del pensamiento y del esfuerzo individual y de grupo. Es el consuelo que nos queda, y el de las obras que están por venir, en otros tiempos mejores y más sostenibles.

 

(Imagen de la autoría de freepik – www.freepik.es)


José María López Jiménez

Especialista en regulación financiera. Doctor en Derecho

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