Harper Lee, Matar a un ruiseñor, MDS BOOKS/MEDIASAT, 2003, págs. 24 y 43.

“Los patios de la escuela de Maycomb lindaban con la parte trasera de la finca Radley; desde el gallinero de los Radley, altos nogales de la variedad llamada allí ‘pecani’ dejaban caer sus frutos dentro del patio, pero los niños no tocaban ni una sola de aquellas nueces: las nueces de Radley le habrían matado a uno”.

“Por poco muero el primer año que vine a la escuela y comí nueces… La gente dice que [Radley] las envenenó y las puso en la parte de la valla que da al patio de la escuela”.

 

Interdictum de glande legenda

“Según Ulpiano este interdicto se utilizaba para regular el derecho que tiene el dueño de un fundo para recoger la fruta caída de sus propios árboles en el fundo vecino, prohibiendo el Pretor que se impidiese el paso para recogerlos un día sí, otro no (tertio quoque die). El nombre del interdicto deriva del verbo lego que significa entre otras cosas, recoger y de glans (=bellota), pero que terminó comprendiendo toda clase de frutos”.

Antonio Ortega Carrillo de Albornoz, Derecho Romano, Promotor Cultural Malagueño, S. A., Málaga, 1998, pág. 132.

 

(Cabría añadir que el día alterno en el que el Pretor no dejaba acceder al predio contiguo al dueño de los árboles, los frutos se podían tomar por el propietario/usuario de aquel).

 

(Imagen tomada de: https://elpais.com/babelia/2020-11-01/el-libro-que-harper-lee-no-pudo-terminar.html)


José María López Jiménez

Especialista en regulación financiera. Doctor en Derecho

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