(Publicado en EdufiBlog el 27 de marzo de 2020)

Timothy F. Geithner fue presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York entre 2003 y 2009, y Secretario del Tesoro de los Estados Unidos entre 2009 y 2013. Por tanto, le tocó lidiar con la crisis financiera de 2008. Una de las claves de su exitosa gestión fueron las pruebas de resistencia del sistema financiero, posteriormente importadas por otras jurisdicciones, que permitieron disipar las dudas de los mercados respecto a las entidades que habrían de recibir millonarias ayudas públicas. De hecho, sus memorias se titulan “Prueba de resistencia. Reflexiones sobre las crisis financieras”.

La materialización de un verdadero cisne negro como el coronavirus COVID-19 está poniendo a prueba la cohesión no solo de nuestras sociedades, individualmente consideradas, sino la resiliencia de todo el planeta, dada la pandemia global que aquel ha originado.

Específicamente, en lo que afecta al sistema financiero, esta extraordinaria situación de emergencia servirá para comprobar, en primer lugar, si la nueva arquitectura del sistema financiero, alzada en la última década, y las medidas adoptadas para dotar de solidez a las entidades bancarias son suficientes para superar esta inesperada primera crisis posterior a la de los primeros años del siglo.

La parálisis obligada de la actividad social y comercial también servirá para conocer la efectividad de la transformación digital del sistema financiero, y si los programas de educación financiera impartidos por todo tipo de entidades, públicas y privadas, han servido para actualizar o no, en consonancia con lo anterior, las pautas de comportamiento de los usuarios.

Desde el proyecto Edufinet se ha prestado la debida atención en los últimos años al fenómeno de la transformación digital, con la impartición de sesiones sobre innovación digital y “Blockchain”, la publicación de artículos en este mismo blog, la elaboración de documentos de trabajo, el tratamiento con una sesión en el II Congreso de Educación Financiera (“La educación financiera ante el reto de la digitalización”), o la participación, como entidad invitada, en el congreso internacional BBVA Edufin Summit 2019, celebrado en Madrid en julio de 2019. Todo lo anterior no ha alejado al Proyecto de prestar particular atención a un colectivo especialmente vulnerable como es el de los mayores, para los que desde hace algún tiempo se vienen organizando acciones específicas.

El Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, permite a los ciudadanos salir a las vías públicas para adquirir alimentos, productos farmacéuticos y de primera necesidad, asistir a centros y establecimientos sanitarios, desplazarse al lugar de trabajo para desarrollar la prestación laboral, profesional o empresarial, o asistir a los mayores, menores, dependientes, personas con discapacidad o personas especialmente vulnerables. El desplazamiento a entidades financieras y de seguros se ha puesto al mismo nivel que estas actividades esenciales, que tratan de preservar la salud de la ciudadanía y de minimizar los daños para que, cuando llegue el momento, se pueda recuperar la normalidad con la mayor celeridad, vigor y seguridad.

Que las sucursales bancarias, con todas las medidas necesarias para preservar la salud de los empleados y los clientes, permanezcan abiertas es una clara señal de confianza para la sociedad, pues, como es evidente, los ciudadanos, los establecimientos comerciales y las administraciones públicas necesitan disponer, incluso en estado de crisis, de medios de pago para atender la realización de las transacciones o el pago de impuestos.

En estos últimos días de marzo se ha planteado en todas las entidades bancarias españolas la problemática asociada al cobro de las pensiones por nuestros mayores, habituados como están al reintegro en efectivo en las sucursales. Por todos los medios se ha procurado informar de la disponibilidad, incluso con varios días de anticipo, a través de los cajeros automáticos, lo que minimiza los tiempos de espera y la acumulación de clientes en el interior de las oficinas. Asimismo, de concienciar a los mayores de que la pensión queda ingresada en la cuenta y pueden disponer de ella en cualquier momento, no necesariamente en el día del abono, además de que, para los pagos imprescindibles, puede utilizar una tarjeta asociada a la cuenta de percepción de la pensión.

Esta crisis demuestra que aunque el proceso de transformación digital es imparable, una buena parte de la población, la más vulnerable, precisamente, queda al margen del mismo, y que el ritmo de penetración de la tecnología no es el igual en las zonas urbanas que en las rurales. También pone en valor a la sucursal bancaria y la proximidad física entre los empleados y los clientes, base de la confianza de cualquier relación comercial, pero, y esto es lo más importante, personal. En momentos de clausura como el que vivimos nos damos cuenta de lo evidente: de lo importante que es la cercanía entre las personas y de lo poco que la hemos valorado cuando este don lo disfrutábamos a diario, sin restricciones.

Por todo ello, en relación con esta prueba de resistencia a la que tanto la sociedad y cada uno de nosotros como el sistema financiero están resultando sometidos, es pertinente recuperar una de la conclusiones del documento de trabajo de Edufinet “Transformación digital y educación financiera: cuestiones básicas”, publicado hace apenas unos meses: “La  digitalización  ofrece  la  posibilidad  de  generalizar  la  inclusión  financiera  en  todo  el mundo, pero conlleva también el riesgo de provocar otras vías de exclusión ligadas a la existencia de brechas digitales. Además, la verdadera inclusión financiera ha de descansar necesariamente en el dominio de un nivel mínimo de competencias financieras básicas”.

Si en estos días de marzo de 2020 desarrollamos este esfuerzo colectivo, principalmente, por nuestros mayores, no vemos por qué no hemos de profundizar en él, en lo sucesivo, también en el ámbito de la educación financiera.

 

(Imagen de la autoría de drobotdean – www.freepik.es)


José María López Jiménez

Especialista en regulación financiera. Doctor en Derecho

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