El sistema financiero cumple una función social. Es por ello que cuando esta confianza depositada en el mismo se quebranta, la reacción ciudadana es contundente. Robert J. Shiller, por ejemplo, ha explicado cómo a pesar de que el público percibe, en general, la centralidad, la sobriedad y la seguridad de los bancos, cuyos dirigentes, de hecho, guían a la comunidad entera, una especie de rabia se enciende siempre que hay una crisis bancaria y los gobiernos del mundo acuden al rescate de sus intereses (“Las finanzas en una sociedad justa”).

Mihir Desai, en “The Wisdom of Finance” señala que las finanzas nos rodean por todas partes, desde nuestros ahorros para la jubilación a nuestras inversiones en vivienda y educación, por ejemplo. Sin embargo, se percata de que existen barreras para entender este mundo, por lo que se pregunta qué se podría hacer para que toda la ciudadanía tuviera acceso a esta porción de la realidad tan denostada. Desai propone una aproximación desde el prisma de las Humanidades, ligando los conceptos económicos y financieros con la Historia y la Filosofía, entre otras manifestaciones del saber y el genio humano.

William N. Goetzmann transita la senda de los profesores Shiller y Desai, y fruto de su enorme esfuerzo es “Money Changes Everything. How Finance Made Civilization Possible”, obra cuyo leitmotiv es que las finanzas han sido parte integral del desarrollo humano durante los últimos 5.000 años (apréciese la similitud temporal con “Debt: The First 5,000 Years”, de David Graeber).

Para el profesor Goetzmann, la historia de las finanzas es una historia emocionante. La misma escritura se inventó para la plasmación de los contratos financieros. Grecia y Roma no habrían sido lo que fueron sin la litigación financiera y una compleja organización financiera, respectivamente. China se desarrolló en paralelo, con su propia cultura de las finanzas, que convergería siglos más tarde con la tradición occidental, tras el pronto descubrimiento veneciano, hacia el siglo XIX, y de ahí en adelante…

No se puede ocultar que no todo han sido buenas nuevas, sino que también han surgido problemas históricos relacionados con la deuda excesiva, las burbujas de los mercados, las crisis y los cracs devastadores, las corporaciones que se han lucrado a costa del tráfico de personas, el imperialismo, la desigualdad…

Goetzmann sostiene que la historia de las finanzas es la historia de una tecnología, es decir, de una forma de hacer cosas, por lo que, de forma inherente, aquellas no son ni buenas ni malas.

La tecnología financiera se define como una máquina del tiempo construida por nosotros mismos: las personas, a diferencia de Marty McFly, no se pueden desplazar en el tiempo, pero el dinero sí…

Esta posibilidad de movilizar el dinero en el tiempo y también en el espacio (piénsese en la globalización) permite gestionar los riesgos y, por tanto, promover la acumulación y el crecimiento material.

Para Goetzmann, las finanzas se componen, por lo tanto, de cuatro elementos clave: (i) relocalizan el valor económico en el tiempo; (ii) relocalizan el riesgo; (iii) relocalizan el capital; (iv) expanden el acceso, y la complejidad, de estas tres relocalizaciones.

En “Money Changes Everything” también se presta especial atención a la relación de las finanzas con el arte, lo que me ha permitido concluir que una de las obras que más me impactó en su día, como es “La muerte de Marat”, de Jacques-Louis David, está íntimamente relacionada con lo financiero…

La tecnología aplicada a las finanzas, se sugiere en las páginas finales de la obra, va a provocar una disrupción de la infraestructura existente, pero, en el fondo, a pesar de este cambio, de la desaparición de antiguos agentes y de la aparición de nuevos jugadores, la malla conceptual seguirá siendo, en lo esencial, la misma.

Goetzmann concluye que, como la civilización global que somos, debemos seguir esforzándonos para encontrar el equilibrio entre las necesidades del presente y las del futuro, es decir, para que la finanzas, además de procurar sostenibilidad, sean en sí mismas sostenibles, y para que sus beneficiosos efectos lleguen a todos sin excepción.


José María López Jiménez

Especialista en regulación financiera. Doctor en Derecho

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