“Este edificio singulariza [el actual Palazzo Podestà, en Génova, construido entre 1559 y 1565] […] los buenos vientos que corrían para el albergo Centurione en los inicios del siglo XVII, y también aquí trabajó Bernardo Strozzi, si bien en este caso protagonizó uno de los episodios más tormentosos de la historia artística local genovesa de esta época. Recibió el encargo para pintar al fresco tres salones y dos camerinos, además de los alrededores de la escalera monumental del edificio, el 23 de agosto de 1623. La obra debía concluirse en dieciocho meses, pero tras retrasarse en la ejecución de los trabajos, Strozzi escribió al Senado genovés denunciando que había trabajado en ese palacio seis veces más de lo previsto en el contrato inicial, por lo que reclamaba ser remunerado por toda la labor extraordinaria que había hecho. Centurión replicó el mismo día que el Senado recibió la queja, lamentando que el artista no hubiera respetado el contrato inicial ‘ni en el tiempo, ni en el trabajo ni en ninguna cosa’ y además afirmaba sentirse prisionero en su propia casa por los andamios y el olor insalubre de la pintura. Insistía también en que había pagado al pintor 1.372 liras genovesas en lugar de las 1.000 inicialmente pactadas, a pesar del retraso de nueve meses en la entrega de la obra. Finalmente, Luigi Centurione, el marqués de Morsasco, mandó destruir una parte de los frescos pintados por Strozzi, mientras otra quedó oculta por un falso techo que fue descubierto en el año 2002, después de permanecer escondido durante más de trescientos años”.

Carmen Sanz de Ayán, “Un banquero en el Siglo de Oro. Octavio Centurión, el financiero de los Austrias”, La Esfera de los Libros,  2015, págs. 147-148.

Imagen tomada de Wikipedia (italiano), entrada “Palazzo Podestà” (https://it.wikipedia.org/wiki/Palazzo_Podest%C3%A0)


José María López Jiménez

Especialista en regulación financiera. Doctor en Derecho

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