“Si eres Ulises, lo que has dicho es justo. Hemos hecho estragos en tus tierras y en tu casa. Pero Antínoo, que era el jefe, ya ha muerto. Todo ha sido obra suya. No quería desposar a Penélope, eso le daba igual. Lo que pretendía era algo muy diferente y Zeus no se lo ha concedido: quería matar a tu hijo y ser el rey de Ítaca. Ahora que ha encontrado la muerte que merecía, perdona la vida de tu pueblo. Llegaremos a un acuerdo y te pagaremos lo que hemos comido y bebido. Cada uno de nosotros te pagará una compensación por valor de veinte bueyes, y te daremos oro y bronce hasta que tu corazón se ablande. Hasta que no lo hayamos hecho, nadie podrá quejarse de que estés encolerizado por nuestra causa”.

Homero, “Odisea”, Canto XXII, “Ulises acaba con los pretendientes. Las doncellas mueren ahorcadas”, versión de Samuel Butler, 3ª ed., Blackie Books, S. L. U., Barcelona, 2020, pág. 354.


José María López Jiménez

Especialista en regulación financiera. Doctor en Derecho

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