El tiempo influye en los productos financieros y en sus estipulaciones como ya hemos mostrado en este blog. Pero el tiempo, encapsulado en 12 meses, también incide en los procesos empresariales y en el desarrollo de la actividad económica.

Es evidente, pero de lo anterior da cuenta Bartleby en el artículo “Companies run to their own annual rhythms” (The Economist, 18 de enero de 2024).

Según se señala, lo anterior es particularmente visible en la agricultura, que debe atender a las temporadas, en el turismo, que moviliza a las masas en verano, en la fabricación de juguetes, cuyas ventas se concentran en Navidad, o en la construcción, cuyo ritmo de contratación decrece en invierno.

En cuanto a las empresas, según algunos papers, los productos dietéticos alcanzan el pico de ventas en primavera (antes del verano) y la venta de condones y el consumo de pornografía se disparan en América en verano y hacia Navidad.

Todo ello se asocia por Bartleby a la celebración del foro de Davos, lo que llevará a que muchas empresas estén por unos días sin CEO, como Bélgica estuvo sin gobierno años atrás: los empleados más trabajadores podrán ser más productivos y los vagos se podrán relajar…

A continuación repasa cuándo los empleados son más creativos (tras las vacaciones, pero solo durante unos días que requieren que se pongan las ideas negro sobre blanco), o lo intensas que resultan los preparativos de las cuentas anuales.

Los momentos vinculados con la remuneración también son curiosos. En Wall Street, el cobro de la retribución variable del año anterior suele venir seguida de una mayor movilidad laboral.

Bartleby una vez más se muestra genial, e invita al estudio del ciclo empresarial asociado a todos estos elementos, pues no es mucha la literatura disponible.

Imagen de chandlervid85 en Freepik.


José María López Jiménez

Especialista en regulación financiera. Doctor en Derecho

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