Esta obra de Mihir Desai, cuyo subtítulo es “Discovering Humanity in the World of Risk and Return”, es, sin más rodeos, la que me habría gustado escribir, tras cerca de 20 años dedicado profesional y académicamente al mundo de las finanzas.
Como recientemente afirmó Wang Wei, presidente de los Museos de Finanzas de China en el BBVA Edufin Summit 2019 (11 y 12 de julio de 2019), al que tuve la fortuna de asistir para moderar una mesa en representación del programa de educación financiera Edufinet, la historia de las finanzas corre pareja con la de la civilización. En consecuencia, denigrarlas puede suponer lanzar una andanada contra nuestra propia forma de vida, que es mejorable, como cualquier construcción humana, pero ha funcionado razonablemente bien durante los últimos decenios. En más, en las finanzas podemos encontrar una sabiduría que se ha venido acumulando no durante los últimos años o décadas sino, sin un ápice de exageración, durante centurias o milenios (en este sentido, véase la obra “Debt: The First 5,000 Years”, de David Graeber).
Gracias a la inspiración de obras como esta, o “Las Finanzas en una Sociedad Justa”, de Robert J. Shiller, para cuyo descubrimiento, una vez más, ha sido fundamental el Profesor Domínguez (aquí se puede acceder a su comentario de “The Wisdom of Finance”, publicado en el nº 21 de eXtoikos), espero en algún momento poder ofrecer de forma sistemática mi visión de las finanzas con este enfoque divulgativo y humanista.
Al ritmo al que avanza la realidad, asumo el riesgo, si no llevo a cabo este proyecto con cierta celeridad, de que, más que de una obra descriptiva del sistema financiero y su cara más útil y amable, deba adentrarme en una disciplina como la Historia Económica, pues, de un modo u otro, estamos dando pasos hacia la desaparición del sistema financiero tal y como lo conocemos en la realidad.
Ojalá no ocurra como con las cajas de ahorros en España, que, una vez borradas del día a día, con la salvedad de dos pequeñas entidades que subsisten, son objeto de ensalzamiento desde instituciones como, por ejemplo, el Comité Económico y Social Europeo, por su idoneidad para integrar lo financiero y lo no financiero, y las expectativas de todos los grupos de interés y no solo de los “shareholders”.
Volviendo a “The Wisdom of Finance”, es necesario referirse a su autor, Mihir Desai, nacido en India y educado en Hong Kong y New Jersey. Es profesor en Harvard (“Business School” y “Law School”), donde enseña finanzas, derecho tributario y emprendimiento. Ha comparecido en diversas ocasiones ante el Congreso de los Estados Unidos para testificar sobre finanzas corporativas, finanzas internacionales y política fiscal, a la vez que es asesor de diversas compañías y organizaciones internacionales en relación con estas mismas materias. Con esta trayectoria a su espalda, se puede adivinar que su visión está más que fundada en cuanto a conocimiento y experiencia.
Para Desai, las finanzas nos rodean por todas partes, desde nuestros ahorros para la jubilación a nuestras inversiones en vivienda y educación, por ejemplo, lo que confirma que “Todo Son Finanzas”.
Sin embargo, se percata de que existen barreras para entender este mundo, por lo que se pregunta qué se podría hacer para que toda la ciudadanía tuviera acceso a esta porción de la realidad tan denostada. Desai propone una aproximación desde el prisma de las Humanidades, ligando los conceptos económicos y financieros con la Historia y la Filosofía, entre otras manifestaciones del saber y el genio humano.
Pero Desai da un paso más y propone enseñar el sentido y la utilidad de estos conceptos desligándolos de la vertiente más académica -que, por supuesto, domina- y mostrarlos a la ciudadanía a través de relatos que se insertan sin dificultad en nuestras vidas, con el apoyo de películas de cine u obras literarias. Tras estos conceptos de uso tan cotidiano se esconden profundos valores morales. Precisamente, y esta reflexión de Desai es particularmente jugosa, “si sugerimos que las finanzas no contienen inherentemente valores positivos, incentivamos que los individuos [del sector financiero] desarrollen una vida profesional sin valores, y que separen su moral personal de la de su trabajo” (págs. 3 y 4).
Desai menciona la primera obra sobre los mercados de la que se tiene constancia, “Confusión de Confusiones”, escrita por José De la Vega, judío sefardí español, y publicada en 1688 en Ámsterdam. Esta obra, en la línea de las mejores obras platónicas, sigue la estructura de un diálogo entre un comerciante, un filósofo y un accionista. Desai estima que la mejor descripción de las finanzas jamás escrita se contiene en la respuesta del accionista a un perplejo filósofo que no entiende cómo funcionan los mercados financieros (pág. 5):
“I really must say that you are an ignorant person, friend Greybeard, if you know nothing of this enigmatic business which is at once the fairest and most deceitful in Europe, the noblest and the most infamous in the world, the finest and the most vulgar on earth. It is a quintaesence of academic learning and a paragon of fraudulence; it is a touchstone for the intelligent and a tombstone for the audacious, a treasury of usefulness and a source of disaster, and finally a counterpart of Sisyphus who never rests as also Ixion who is chained to a wheel that turns perpetually”.
Todo esto lleva a Desai a afirmar que quizás las finanzas estén profundamente conectadas con nuestra humanidad (“perhaps finance is deeply connected to our humanity”, pág. 6), con una cita a Nietzsche, para quien las ideas de deber y relación personal están enraizadas en la relación entre vendedor y comprador, entre acreedor y deudor, lo que justifica la afirmación de que somos inherentemente “animales calculadores”.
A partir de aquí comienza un recorrido de Desai, aplicando esta metodología, por ocho capítulos en los que analiza el riesgo, el valor de los activos, las parábolas de Jesús (especialmente, la de los talentos), el gobierno corporativo, la formación de burbujas especulativas, el papel de los montes de piedad en la Italia medieval, las fusiones y adquisiciones empresariales, el apalancamiento, las quiebras, la tradicional mala prensa de las finanzas y los financieros, etcétera.
En fin, ojalá esta obra, junto a la cotidiana actuación responsable y ética de los propietarios, los gestores y los profesionales de este insustituible sector, sirvieran para que la población fuera consciente de la función esencial que desarrolla el sistema financiero.
Entretanto, sigo pergeñando el contenido de la obra que espero escribir algún día…