(Declaraciones en el encuentro organizado por El Economista y CECA, septiembre de 2021, recogidas en El Economista, 1 de octubre de 2021)
Por su parte, José María López considera que además de poner el foco en el ámbito general de la educación financiera como son las etapas escolares, «debemos apostar por la educación financiera dirigida a colectivos vulnerables».
«Para ser más efectivos, puede ser preferible diseñar acciones formativas a medida. El menor número de beneficiarios se ve compensado por un mayor éxito de la acción educativa. Al final, no es tanto transmitir conocimientos sino competencias y habilidades. Los conocimientos se acaban olvidando y las competencias sirven para resolver de la mejor manera posible la toma de una decisión económica o financiera», añadió.
No obstante, para tener un grado de conocimientos suficiente en materia financiera es necesario que los usuarios adquieran antes una serie de competencias digitales e informáticas, imprescindibles en la cuarta revolución industrial que vivimos.
En cuanto al fraude, José María López afirmaba como «no solo los jóvenes pueden ser víctimas sino cooperadores del delito con una pena de prisión de bastantes años, por lo que la preocupación es doble».
«Tenemos que informar más y mejor sobre previsión, ya no solo de fondos de pensiones. Considero que objetivamente los ciudadanos debemos ser mas conscientes de lo que nos vamos a encontrar en la jubilación», apuntaba el director de Sostenibilidad y RSC de Unicaja Banco.
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