“If you want your employees to behave in a certain way, it’s not enough to paint generic words on a wall. You have to keep bringing them to life”.

Bartleby, “How to build the right corporate culture”, The Economist, 16 de junio de 2025. [https://www.economist.com/business/2025/06/16/how-to-build-the-right-corporate-culture].

Muchas empresas llenan sus oficinas, sus páginas web y sus contenidos publicitarios de valores aparentemente llamativos como son la “innovación”, el “compromiso” o la “transparencia”.

Pero esos valores, sin coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, se vuelven huecos.

La cultura organizacional no se construye con palabras inspiradoras (que también son necesarias), sino con decisiones concretas, con ejemplos cotidianos, con líderes que predican con el ejemplo (por eso, precisamente, son líderes).

Si se quiere fomentar la colaboración, no basta con decirlo: hay que crear espacios que la faciliten, reconocerla cuando ocurre y sancionar comportamientos contrarios.

La incoherencia, en cambio, genera cinismo entre los empleados y a la larga es una carga que difícilmente se puede soportar.

Cuando los carteles dicen una cosa, pero las prácticas del día a día demuestran otra, llega un día en el que los grupos de interés, y los empleados en concreto, dejan de creer.

Por eso, si una organización quiere que su gente actúe de una determinada manera, tiene que trabajar cada día por hacer tangibles esos principios. No basta con nombrarlos: hay que encarnarlos.

Estas y otras ideas se desprenden con nitidez de artículo de Bartleby.


José María López Jiménez

Especialista en regulación financiera. Doctor en Derecho

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