Las grandes revelaciones no se producen de manera súbita, sino gradual. Llevamos años escuchando hablar de la subida del nivel del mar y de las pertinaces sequías, y, aunque nos cueste creerlo, el sesgo de la “tragedia del horizonte” sigue nublando nuestra mirada.
En su discurso “The Tragedy of the Horizon” (2015), sin ir más lejos, Mark Carney ya afirmó lo siguiente sobre la subida del nivel del mar: “For example, work done here at Lloyd’s of London estimated that the 20cm rise in sea-level at the tip of Manhattan since the 1950s, when all other factors are held constant, increased insured losses from Superstorm Sandy by 30% in New York alone”.
Otra mención a los riesgos físicos, pero en sentido contrario, desde el prisma de la sequía, la hallamos en el discurso de Isabel Schnabel, de 17 de marzo de 2022 titulado “A new age of energy inflation:climateflation, fossilflation and greenflation”: “For example, exceptional droughts in large parts of the world have contributed to the recent sharp rise in food prices that is imposing a heavy burden on people who are struggling to make ends meet”.
Obviamente, son las áreas costeras las más expuestas al riesgo de inundación. En El País de 20 de marzo de 2022 se publicó el artículo “La subida del mar sacude la primera vía férrea de España”. En concreto, es la línea R1 de Cercanías (Molins de Rei-Mataró), heredera de la primera vía de nuestro país (Barcelona-Mataró) la amenazada directamente por el cambio climático. Se trata de la línea más utilizada de Cataluña. No solo esta línea férrea sino también una buena parte del litoral catalán están expuestos al riesgo de inundación marítima. En 2020 se destinaron 12 millones de euros a la reparación de 2,2 kilómetros por los estragos causados por el temporal “Gloria”. El debate para el costoso traslado hacia zonas de interior ya está abierto.
Imagen tomada de https://elpais.com/clima-y-medio-ambiente/2022-03-20/la-subida-del-mar-sacude-la-primera-via-ferrea-de-espana.html