Entrevista a Joaquín Gorrochategui, Jot Down, nº 42, marzo de 2023, págs. 37 y 38.
«¿Qué lleva a un pueblo a escribir?
Estar en contacto con otra sociedad que sepa escribir. Aprendes a hacer cerámica porque has visto que otros la hacen y que es muy útil, pues te evitas andar con esos maderos que no puedes poner al fuego. Las personas se dan cuenta de que escribir es una ventaja: pueden anotar, pueden llevar las cuentas… Para la escritura, uno también tiene que tener un cierto nivel cultural. Si tu sociedad es muy atrasada, es decir, no lleva cuentas, no hace intercambio, no tiene una producción artesanal…, a lo mejor no merece la pena aprender a escribir. Todo está relacionado, pero, una vez que alcanzas un cierto nivel de civilización y de cultura, la escritura te viene muy bien y aprendes rápido. Eso sí, aprendes de una sociedad que sabe escribir, de la cual copias su modo de escritura. Volviendo a los romanos, cuando ellos llegaron a la península, la gente aquí ya sabía escribir.
¿De quién habían aprendido?
De los fenicios. Hacia el año 900 u 800 antes de Cristo, cuando llegaron a la península ibérica, establecieron sus primeras colonias. La más importante fue Gades, hoy, Cádiz. Pensamos que los primeros peninsulares empezaron a escribir alrededor de Gades. Tomaron como modelo el fenicio, adoptaron esa escritura, pero no la emplearon tal cual, sino que la adaptaron a su lengua. Después eso fue evolucionando y dio lugar a toda esa familia inicial de las escrituras de la península ibérica. Cuando llegan los romanos, todo se multiplica de manera industrial: la economía, la minería y también la escritura. Roma está toda llena de inscripciones y, allí donde llegaron, también extendieron el hábito de la escritura y su gusto por escribir».
Imagen tomada de https://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2021/11/28/malaga-fenicia-vision-panoramica-59990098.html