El Fórum Filatélico fue siempre un equipo clásico de la Liga ACB. Hoy día, lo que queda de él, agoniza. Alcanzó sus años de esplendor en torno a jugadores como Sabonis, Corbalán, Homicius o Tikhonenko. No conozco qué papel jugaba Fórum Filatélico en la estructura accionarial y financiera del club, pero lo cierto es que la contratación de jugadores de esta talla debía reposar en unas finanzas no sé si saneadas pero sí, al menos, abundantes.
Este plantel se completó con jugadores de cantera como Lalo García, que desde 1987 hasta 2001 vistió ininterrumpidamente la camiseta del equipo pucelano. Recuerdo su entrega y velocidad. Con apenas 1,87 metros de altura era capaz de machacar el aro a dos manos, pero además de físico tenía un lanzamiento exterior aceptable. Llegó a enfundarse la camiseta de la selección nacional de baloncesto. Transmitía simpatía, a diferencia de otros jugadores de categoría.
Los días de gloria pasaron, Lalo García se retiró y, cinco años más tarde, Fórum Filatélico fue intervenido por la Audiencia Nacional, dada su estructura piramidal y la comisión de una serie de graves irregularidades. Los inversores lo perdieron casi todo, pero también muchos de los comercializadores de los sellos, entre los que se encontraba, según he podido conocer a través del diario El Mundo, el propio Lalo García.
Según este diario, Lalo García trabajaba como comercial de la sociedad filatélica, tras heredar la cartera de clientes de su padre. Tras unos primeros años de éxito, con la intervención se arruinó y perdió su trabajo, arrastrando en su caída a quienes le habían entregado sus ahorros. Este fue el primero de una serie de reveses personales. Nunca se recuperó de la pérdida de la confianza de sus clientes.
Hoy no nos interesan la Ley 43/2007, de 13 de diciembre, de protección de los consumidores en la contratación de bienes con oferta de restitución del precio (que, una vez más, llegó tarde), ni las sentencias de la Audiencia Nacional ni si los inversores deben o no ser indemnizados por la Administración.
Fórum Filatélico impulsó a Lalo García como jugador y lo arrastró años más tarde, como profesional, en su hundimiento. La realidad es compleja, y puede ser igual de dura y destructiva tanto para los que están en el lado de la oferta como en el de la demanda de los servicios financieros o cuasi-financieros. Todos jugamos a un mismo juego y no debemos olvidar que podemos ser vencedores o vencidos. Es un error creer que las desgracias son unidireccionales.
De Lalo García nos quedamos con su entrega como jugador de baloncesto y con su sonrisa. Descanse en paz.